Josefa Martín, Benamejí a 20 de mayo de 1940
Cierto día que salimos de gira al campo en
unión de toda la familia y amigos, pasamos el día felizmente. A la caída de la
tarde regresábamos a casa todos contentos y alegres, pero no fue así al final.
Al pasar un arroyo de bastante profundidad
y anchura, por la humedad del agua llovida crecía también el fango. Este paseo lo hicimos en carros y bestias,
esto fue el suceso. Al pasar un carro
por dicho arroyo una de las muchachas montaba una pollina con un niño a la
grupa, de nueve años. El chiquillo por una apuesta de pasar antes que otro le
pegó a la pollina sin darse cuenta que el carro llevaba su misma dirección, éste
atropellando al burro saltaron las bestias por encima, quedando la muchacha
libre de un salto, pero no así el niño. En tan grande atropello cayeron las
bestias del carro quedando las varas hincadas en el barro y el burro debajo de
las varas, y el niño debajo de la barriga del burro, quedándole al descubierto
solamente la cabeza; todos creímos que no salía con vida. En un apuro tan
grande le rogué a Antonio Molle que se lo pudiéramos presentar a su madre con
vida. Antoñito se compadeció de nuestro apuro, aunque todas las correas y tiros
del carro quedaron rotas, al levantarse las bestias el niño quedó libre de todo,
sólo con el trajecito enfangado y roto de algunas ramas que había en el fondo.
Dando gracias a Dios por mediación de nuestro santo
le ruego lo publique.
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